Bajo un criterio de apariencia, autoridades migratorias de Canadá negaron la entrada a tres mexicanos que pretendían ingresar a ese país como turistas, debido a que ''no aparentaban tener dinero y se veían muy pobres''.
Los connacionales padecieron durante más de 24 horas humillaciones [...] no conformes con que les revisaron en al menos cuatro ocasiones el cuerpo y sus pertenencias, los condujeron a la jefatura de policía de Vancouver, donde fueron esposados, fichados y encarcelados [...] Aseguró que en el aeropuerto los mantuvieron en diferentes cubículos y estancias tipo celdas, en las que había sobre todo ciudadanos mexicanos y chinos [...] el gobierno canadiense les había negado la entrada porque ''se veía que éramos muy pobres'' [...] cuando se les permitió llamar al consulado -a cargo de Rodolfo Díaz-, el personal de esa instancia les informó que no podían hacer nada por ellos para su defensa, porque así son las leyes canadienses y tendrían que aceptarlo. ''¡Les valió gorro!'' [...] Pese a que uno de los jóvenes, Jorge, padece de colesterol alto e informó a los policías del primer turno que por las noches necesita tomar bezafibrato para evitar problemas, a la guardia vespertina ''no le importó el documento oficial en el que se le indicaba que necesitaba el medicamento y cuando pedí la pastilla un oficial tiró el escrito al piso'' [...] Finalmente Jorge recuerda que los policías insistían en todo momento y hasta lo último en que ''no éramos deportados de Canadá, que sólo se nos había negado la entrada, pero que podíamos regresar cuando quisiéramos''.
¿Por ser pobres?.
¡No mames!