Alguien miente: los sepultureros prematuros de Bin Laden 10 años atrás, o el presidente Obama, quien anunció su asesinato el primero de mayo por sus heroicas fuerzas especiales de
marines, pese a algunas fallas técnicas de logística (
v.gr. el achicharrado helicóptero
furtivo
). La coreografía hollywoodense del presidente Obama deja mucho que desear y, sobre todo, exime el cuerpo del delito, arrojado anti-islámicamente al mar. Ni siquiera existen fotos ni videos irrefutables de su ejecución [...] Hoy el verdadero
enemigo público número uno
de Estados Unidos es aterradoramente doméstico: su impagable deuda y su descomunal déficit fiscal.