Lo dicho: la captura fulminante por el ejército ruso del estratégico túnel Roki [...] que conecta las dos Osetias (la norteña, que forma parte de Rusia, y la sureña república separatista), decidió el estupendo posicionamiento del Kremlin en el Cáucaso [...] La derrota del régimen torturador bushiano es triple: resucitó a Rusia como nueva potencia euroasiática; perdió la credibilidad con sus aliados en la periferia rusa y permitió el jaque a sus oleoductos que controla(ba) en Georgia, tránsito de los hidrocarburos del mar Caspio a Europa [...] Rusia ha puesto en jaque a todo el Cáucaso: se posicionó en Gori (segunda ciudad en Georgia (a 80 kilómetros de la capital, Tbilisi), con la mira puesta en el cercano oleoducto BTC, y acorrala tanto al puerto Poti en el mar Negro (principal base naval de Georgia) como a la república autónoma de Ajaria (capital Batumi, la antigua Colchis de los griegos), cuya mitad de la población es sunita islámica y la otra rusa [...] La recuperación de la base militar en Batumi le concedería tres ganancias a Moscú: 1) Ajaria, “tercera provincia semiautónoma, se desprendería del territorio georgiano después de la pérdida de Osetia del Sur y Abjazia; 2) obtendría un pie estratégico en el mar Negro a las puertas de Turquía, y 3) controlaría también el paso a Kazajstán, Turkmenistán, Azerbaiján y Armenia”.
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