miércoles, octubre 15, 2008

Coyuntura para México

En México, para no variar, tanto Guillermo Ortiz, del Banco de México, como Agustín Carstens, de la Secretaría de Hacienda (SHCP), exhibieron su patética ineptitud al pretender que habían sido tomados por “sorpresa”. Tanto Ortiz como Carstens no son hombres libres y representan los intereses de Estados Unidos en México, lo cual se subsume en el indecente pago del Fobaproa/IPAB por los hermanos Werner Wainfeld (Martín y Alejandro Mariano), mediante el circuito financiero muy bien lubricado y presuntamente fraudulento de Goldman Sachs-Banca Mifel. No hay que ser genio para temer que los otrora 90 mil millones de dólares de reservas en el Banco de México, que se han diluido oficialmente hasta 73 mil millones de dólares, peligran en manos de Ortiz: un día de éstos podemos amanecer con el cuento chino o texano de que se han esfumado en la contabilidad bancaria en EU [...] Urge colocar a mexicanos libres y profesionales tanto en el Banco de México como en la SHCP para sustituir a los “ineptos” esclavos de Estados Unidos, quienes han servido de caballos de Troya para desmantelar el sistema financiero mexicano y poner en jaque nuestros hidrocarburos [...] Amén de finiquitar el modelo neoliberal, que nos ha costado dos graves crisis financieras (el efecto tequila y el efecto Calderón), es la oportunidad dorada de México para cortar el cordón financiero umbilical con el modelo israelí-anglosajón. México cuenta con tres cartas únicas en esta coyuntura: los hidrocarburos, la plata y, paradójicamente, la ausencia de una banca nacional. Éste es el peor momento para privatizar Pemex, cuando las trasnacionales gallegas y texanas, vinculadas al quebrado sistema bancario de España y Estados Unidos, no son confiables en sus libros contables debido a su alta exposición en “derivados financieros” [...] la plata mexicana representa otra de las cartas fuertes para paliar el averiado sistema financiero internacional, por lo que habría que renegociar su explotación con las trasnacionales que se han despachado con la cuchara grande de su extracción [...] México ha resultado beneficiado al carecer de una banca nacional, que fue entregada en un 92 por ciento a la banca israelí-anglosajona, a consecuencia del efecto tequila. Lo peor sería nacionalizar la banca extranjera, cuyas matrices se encuentran en la insolvencia [...] por lo que es el momento dorado para abrir una banca mexicana, incluso mixta (privada y con capital mayoritario público), con regulación estatal, apuntalada por los pletóricos ingresos de nuestros hidrocarburos [...] Lo ideal sería que los 32 estados y el Distrito Federal tuviesen su propia banca

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