miércoles, octubre 05, 2011

Fin de una historia: Steve Jobs

La mayor parte de las cosas con que tropecé siguiendo mi curiosidad e intuición resultaron ser inestimables posteriormente. Les doy un ejemplo: [...] decidí tomar una clase de caligrafía para aprender [...] que hace que la gran tipografía sea lo que es [...] diez años después cuando estaba diseñando la primera computadora Macintosh, todo tuvo sentido para mí [...] Si nunca me hubiera retirado, nunca habría asistido a esa clase de caligrafía, y las computadoras personales no tendrían la maravillosa tipografía que tienen [...] no pueden conectar los puntos mirando hacia el futuro; solamente pueden conectarlos mirando hacia el pasado. Por lo tanto, tienen que confiar en que los puntos de alguna manera se conectarán en su futuro.
Tres historias (I).

Woz y yo comenzamos Apple en el garage de mis padres cuando tenía 20 años. Trabajamos duro y en 10 años Apple había crecido a partir de nosotros dos en un garage, transformándose en una compañía de US$2 mil millones [...] Y luego me despidieron [...] En ocasiones la vida te golpea con un ladrillo en la cabeza [...] Estoy convencido que lo único que me permitió seguir fue que yo amaba lo que hacía. [...] Su trabajo va a llenar gran parte de sus vidas y la única manera de sentirse realmente satisfecho es hacer aquello que creen es un gran trabajo. Y la única forma de hacer un gran trabajo es amando lo que hacen.

Cuando tenía 17 años, leí una cita que decía algo parecido a “Si vives cada día como si fuera el último, es muy probable que algún día hagas lo correcto” [...] Recordar que van a morir es la mejor manera que conozco para evitar la trampa de pensar que tienen algo que perder [...] Steward y su equipo publicaron varias ediciones del The Whole Earth Catalog [...] un tipo de Google en formato de edición económica [...] en la tapa trasera de la última edición, había una fotografía de una carretera en el campo temprano en la mañana, similar a una en que estarían haciendo dedo si fueran así de aventureros. Debajo de la foto decía: “Manténganse hambrientos. Manténganse descabellados” [...] Manténganse hambrientos. Manténganse descabellados. Siempre he deseado eso para mí. Y ahora ... es lo que deseo para ustedes.


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