La segunda visita histórica de un presidente sudcoreano, el saliente Roh Moo-hyun, al líder máximo norcoreano Kim Jong Il superó todas las expectativas y ha encaminado a la península a una muy factible reunificación al estilo alemán, pero con bombas nucleares [...]
El mayor peligro de intoxicación para el género humano lo representan los multimedia de EU (con sus justas excepciones), cuyas mendacidades ya ni siquiera se atreverían a propalar la prensa británica ni la israelí, cuyos públicos, más refinados no admitirían la distorsión perturbadora de los hechos. Es imperativamente urgente que la ONU posea sus propios multimedia globales (algo así como un anti-Fox News) para alentar la paz, la convivencia armónica y el diálogo de las civilizaciones en la biosfera [...]
El resonante fracaso bushiano será de alcances históricos, como ha sido el exitoso acercamiento entre las dos naciones hermanas enfrascadas desde hace 54 años en el viejo esquema de la guerra fría con un muro ignominioso militar de 228 kilómetros, en la famosa “zona desmilitarizada” transfronteriza. Su reunificación obligará a la expulsión del ejército de EU de suelo sudcoreano, pero, más importante, le concederá a Sudcorea (con el doble de habitantes que su hermano nórdico), la conexión directa por tierra a través de las fronteras que tiene Norcorea con China (mil 416 kilómetros) y Rusia (19), que valen oro molido [...]
Norcorea aporta su dotación misilístico-nuclear, su poderío militar y sus fronteras con China y Rusia, mientras Sudcorea, genuina potencia geoeconómica, contribuye con su prodigioso sector tecnoindustrial y sus inversiones que transformarán la anatomía peninsular [...]
Poco se ha escrito sobre el verdadero milagro geoeconómico de Sudcorea de finales del siglo XX, ya no se diga el norcoreano que, pese a sus limitaciones intrínsecas y la hostilidad de EU, pudo construir 10 bombas nucleares [...]
En 1982, México exhibía el doble del PIB per cápita que Sudcorea, y ahora se ubica tristemente a su mitad. Es decir, en un cuarto de siglo Seúl superó cuatro veces a México, sumido desde Miguel de la Madrid Hurtado en la clepto-kakistocracia (el “síndrome IFE”), mientras Sudcorea (del tamaño de Chiapas y con la mitad de habitantes que México) emprendía su hazaña poco publicitada de inversión en “investigación y desarrollo” gracias a la sinergia tripartita de su gobierno, sus empresarios y su clase laboral. Más significativo: Sudcorea posee una de las mejores distribuciones de ingresos igualitarios del mundo, a niveles escandinavos, y su índice Gini, que mide la desigualdad del ingreso, es de 35.8 (año 2000), mientras el de México es de nivel africano: 54.6 (año 2000); el de Chile es también patético 53.8 (año 2003). El índice Gini de México, siete años después, ha de estar peor y el de Sudcorea todavía mejor.
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