La decadencia de las grandes petroleras privadas en el mundo es palmaria a todos los niveles, como es el caso de la más importante a escala planetaria, ExxonMobil, cuya producción ha declinado en forma dramática, lo cual ha afectado sus resultados financieros en el primer trimestre del año. [...] Hillary Clinton espetó: “algo seriamente maligno ocurre en nuestra economía cuando las ganancias récord en un trimestre de 11 mil millones de dólares de Exxon son vistas como una decepción por Wall Street”. [...] En el reciente undécimo Foro Internacional Energético [...] se resaltó que las trasnacionales petroleras privadas solamente disponían de 6 por ciento de las reservas mundiales de oro negro, con una tendencia dramática a la baja [...].
Tampoco las grandes petroleras privadas anglosajonas han encontrado tantos “tesoros” en las profundidades oceánicas en la parte estadunidense del Golfo de México [...], donde los hallazgos han sido decepcionantes y donde la pirata española Repsol ha sido sacada a patadas, como en la mayoría de Latinoamérica, con excepción y decepción de México, donde Fox y Calderón la han subsidiado parasitariamente en detrimento del bien común nacional. [...] La decadencia de ExxonMobil es más dramática de lo que se ha permeado [...]. Neva Rockefeller, economista y descendiente de su fundador, John, puso el dedo en la llaga: “tratamos de impedir la caída de un gigante” [...], cuyo mínimo 5 por ciento de las acciones se encuentra en manos de la legendaria familia empresarial judía consagrada a la filantropía. [...]
Se acabó la era de las trasnacionales petroleras privadas y ahora se inicia el auge y ascenso irresistible de las petroleras estatales.
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