Las bibliomulas cargadas de historias gatean por Los Andes con suma facilidad y llegan a aldeas donde son muy bien recibidas por sus habitantes, que convierten a la lectura en una pequeña fiesta. Incluso hay un proyecto para cargar en las bibliomulas un ordenador portátil con conexiónn a Internet inalámbrica y un videoproyector.
Via: Microsiervos, Bitácora de Aníbal de la Torre
Muchas veces no hace falta una gran inversión para tener un buen proyecto...
1 comentario:
Hasta dónde llega la necesidad, demonios.
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