“La situación de México se deteriora”, [...] la “riqueza del país está demasiado concentrada con los oligarcas, donde un pequeño grupo controla hasta 40 por ciento de la riqueza nacional”. [...] “los oligarcas mexicanos ejercen gran control sobre los políticos y usan al sistema para mantener poder y riqueza”, y advierte que los “ingresos petroleros de Pemex se encuentran en declive, un factor que obliga a cambios por la inmensa presión en las finanzas nacionales”. Peor aún: la industria petrolera nacional “es vista predominantemente como una fuente de ingresos del gobierno”. [...]
Realiza un diagnóstico atroz de la industria petrolera mexicana, que enfrenta el dilema infranqueable de “surtir menos petróleo a Estados Unidos o a los consumidores mexicanos”: México “ha anunciado finalmente un notable recorte de abastecimiento de petróleo a Estados Unidos de casi 150 mil barriles al día, [...], lo que “ahonda la brecha comercial mexicana que será sometida a enormes déficits. El peso perderá su valor sustancialmente, lo que redundará en una grave inflación, mucho mayor que ahora”. Si el gobierno decide surtir petróleo a Estados Unidos en detrimento de los usuarios locales, “entonces, la economía sufrirá carestía de gasolina y de productos petroquímicos (lubricantes, fibras sintéticas y fertilizantes). El precio de la gasolina se irá a las nubes, lo que puede desembocar en revueltas (sic). Se trata de una decisión perder-perder”.