Las cualidades de un guerrillero que vive en la clandestinidad, según las normas que han establecido los grupos armados y que se reflejan en el documento denominado “Clandestino”, tienen que ver con las de un ser humano polifacético [...] Está entrenado para manejar con precisión y destreza armas cortas, como pistolas y sub ametralladoras, así como armas blancas que utilizará en situaciones específicas [...]. En su guardarropa un guerrillero urbano debe contar con “camisas de distintos cortes, pantalones y vestidos de distintos estilos y telas, uniformes deportivos, trajes, uniformes de policía, de enfermera y obrero”, entre otros. Las casas de seguridad “no deben de estar en el centro de la ciudad, ni muy a la orilla ni cerca de los cuarteles o centros de vicio; deben contar con ventanas a la calle, con servicios de luz, agua y con salidas de emergencia”[...] Los guerrilleros urbanos tienen que acostumbrarse a estar informados de todo lo que pasa en los alrededores de las casas de seguridad, “de todo cuanto ocurra en la cuadra, manzana, barrio, colonia”, y lo sabrán por medio de sus vecinos, a quienes por norma hacen sus amigos. De acuerdo con el manual “Clandestino”, el guerrillero urbano tiene como norma caminar por la calle en sentido contrario a la circulación de los automóviles, en constante alerta, y si sospecha que lo siguen, abordará distintos autobuses para comprobarlo. “Al abordar un autobús deberá hacerlo al final, y al abandonarlo, cuando está casi en marcha” [...]. Las citas entre las células de los grupos armados deberán hacerse caminando, “nunca en un lugar fijo” .
Secretos de la clandestinidad. Jorge Torrres. Contralínea.
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