Hoy, [...] Felipe Calderón ya habrá inaugurado en España el pabellón mexicano de la Expo Zaragoza, una feria mundial sobre el tema de los recursos hidráulicos, su conservación para el futuro y su creciente escasez en el presente. Allí el empleado de los grandes consorcios ibéricos alabará de nuevo la privatización del agua potable de Saltillo, Coahuila, un atraco en medio de los desiertos del noreste mexicano que, en junio de 2003, como director del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), calificó de “caso de éxito” y “modelo a seguir” para otras ciudades. A pesar de las interminables quejas de los saltillenses en contra de Aguas de Barcelona, la trasnacional que les cobra las tarifas más abusivas del mundo, pero los condena a la sequía dentro de sus hogares cuando dejan de pagar tres cuotas mensuales, Calderón, seguramente, enviará señales favorables a los accionistas de la empresa, que han fijado condiciones muy puntuales para apoderarse, dentro de tres años, del agua potable de Morelia. [. ..] Aguas de Barcelona, expulsada de Argentina, Uruguay y Brasil, y envuelta en graves problemas en Chile y Colombia, planea añadir a su patrimonio las redes de distribución de agua potable de Querétaro, Monterrey, Aguascalientes y 16 ciudades más, con el apoyo de las empresas pertenecientes al banco La Caixa de Catalunya, es decir, Repsol, su filial Gas Natural de México, y otras. Como salta a la vista, el del agua potable es otro negocio de la banda de saqueadores, que amenaza con ampliar sus transacciones ilícitas en el subsuelo, ahora matándonos de sed.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario